Es tiempo de vendímia y las bodegas tienen todo listo para conservar las botellas y mimarlas hasta el último detalle, pero se os hubiese ocurrido guardar las botellas en el mar pues en la Costa Brava sí.
En la cala Llevadó, en la Costa Brava, el mar esconde vino,400 botellas resguardadas en diez cofres de madera . Vino que está completando su proceso de maduración bajo las aguas y , además, a los amantes del submarinismo le da la oportunidad de descender a las profundidades, abrir el cofre y extraer el tesoro para degustarlo en la superficie.
La iniciativa tiene su origen en Chile, donde la bodega Viña Casanueva desarrolló un curioso experimento: el de madurar su vino embotellado en el fondo del Pacífico (a 20 metros de profundidad) durante un periodo de un año para el tinto y de seis meses para el blanco.
En la cala Llevadó, la empresa exportadora Terramar ha puesto en marcha una práctica: la de sumergir después en nuestro mar estas botellas ya maduradas en el Pacífico para que, durante un mes y medio, el vino se enriquezca con las propiedades del Mediterráneo.
El gerente de Terramar cuenta que la temperatura constante de las aguas es de (10º o 12º más baja que en una bodega convencional), su luminosidad, su presión y el movimiento causado por las corrientes lo que convierte a estos vinos en más minerales y son más aromáticos .
Las inmersiones se organizan a través del club de Buceo Cala Llevadó resultan interesantes: por la belleza de los fondos marinos propios de la Costa Brava, que se disfrutan durante 30 minutos. Los principiantes descenderán a 8 metros; los expertos, a 18, las dos profundidades a las que reposan los cofres.
Después, ya en tierra, uno elige si desea beberse el vino en el momento, o por el contrario, si prefieren llevarselo a casa, guardarlo como un tesoro .
Después, ya en tierra, uno elige si desea beberse el vino en el momento, o por el contrario, si prefieren llevarselo a casa, guardarlo como un tesoro .